En esta novela, Isabel Allende nos mostró por todo lo que pasó después de la muerte de su hija, Paula. En este libro autobiográfico ella plasma su, por decirlo así, odio al militar Pinochet debido al golpe de estado que este originó en el cual su tío fallece. A partir de allí, tuvo que abandonar el país para luego establecerse en Venezuela y allí empezar a desarrollar sus habilidades literarias.
En este libro predomina el caso de la homosexualidad y las drogas. Un ejemplo del caso de homosexualidad podría ser la adopción de Sabrina, la hija de Willy (esposo de Isabel Allende) Jennifer, pues ella fue adoptada por dos lesbianas que se llamaban Fu y Grace. Otro ejemplo podría ser el de Celia (yerna de Isabel Allende) y Sally (yerna de Willy), pues luego de pasar bastante tiempo juntas se enamoraron, a pesar de que Celia al principio de la obra era homofóbica. Aunque hubo tristeza por parte de los novios de ellas, se pudo superar el tema y los niños de Celia y Nicolás llegaron a considerar a Sally como una segunda mamá. El ejemplo de las drogas en la obra es que los tres hijos de Willy fueron adictos a ellas, y la que pagó caro por esto fue Jennifer, quién tuvo a Sabrina con problemas de salud al nacer, se metió en problemas legales y luego de un tiempo desapareció. También otro ejemplo es el de la autora, su mejor amiga Tabra y su abuela, quienes por curiosidad probaron la marihuana aunque no notaron ningún cambio en su actitud, exceptuando a Tabra quien quedó dormida luego de un rato.
Isabel termina su obra con una vida muy feliz, todos sus nietos estaban sanos, aunque Andrea (una de las hijas de Nico) decayó, logró recuperarse; su esposo estuvo siempre con ella en las buenas y en las malas y ella sabía que su hija a pesar de no estar con ella físicamente, siempre la acompañará.
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